4/12/10

Un texto de otro tiempo


Sopla el viento...

Teyu, como el acto de recuperación

Sopla fuerte el viento. Viene del norte marcando otro tiempo. Su temperatura me da un poco mas de conciencia de mi cuerpo, de mis piernas, mi nariz, mi nuca, etc. Han pasado días de intempestivas temperaturas que mecen de aquí a allá el pasto oleaje; mecen mi vista llana que absorbe la mar que nos sostiene.

¿En verdad que es otro tiempo? Del tiempo pasado solo han quedado huellas, ha nacido y crecido el pasto, se ha secado, ha sostenido soles furiosos y lluvias que perecen a la fatiga. Trozos de varas quemadas, fragmentos de cal endurecida, palos, mecate viejo, una herida cavada suman las huellas de este lugar haciendo del centro el punto donde se reúne y se hace evidente algo pasado. Y están las palabras en el aire; las palabras que llevan y traen los rumores de ese algo, dispersan el centro y le hacen suyo, también como relato de lo sucedido. Hay veces que conocemos o reconocemos a los dueños de esas voces y sabemos que contamos el mismo viaje. Todo esto es cubierto.

En este lugar de huellas se camina con los ojos. Cada paso es palpo de vestigios, se trasladan las cosas a la memoria de ella, al recuerdo ante ellas. Llaman los pasos anteriores, sus trazos…así se va fundando otro-algo que juega con las miradas que, auque ocultas, preguntan por un ahora descubierto.

Un árbol que va brotando de las manos sobre la herida-vestigio se levanta desde su propia mito para sostener los recuerdos de otros a la sombra de sí mismo. Siembra a su alrededor la marca de su cosmos, y las nubes saludan, el viento entonces es etesio y juega en la popa. Desde su oquedad, donde se resguardan los tiempos de otros (la quema, la lluvia, la sed), brota una lengua roja que habla con la tierra y el cielo. Entonces esto es una danza.

Teyu, corazón de sí mismo tomo el tiempo de otros para hacer su propio tiempo. Ahora esta ahí, en esta noche helada, regresando a sí mismo como el pasado que era.

Sopla el viento…

G